Viernes 28 de enero 2011 15:56 hrs. - Vivian Lavín Almazán - Fuente : radio.uchile.cl
Desde la cárcel de Lebu, el líder de la Coordinadora Arauco-Malleco (CAM), conversó en exclusiva con Radio Universidad de Chile acerca del “juicio oral más largo en la región del Bío-Bío”. Sobre la totalidad del proceso pesan todas las dudas respecto de su legitimidad cuando se sigue aplicando la Ley Antiterrorista, a pesar del compromiso gubernamental y que, debido a su aplicación, la Corte Interamericana de DDHH acogió una demanda contra Chile.
Escuchar a Héctor Llaitul es tener la certeza de estar frente a un hombre que carga no sólo con sus 43 años, sino además con los cerca de 500 años de Historia que le anteceden, desde que llegaron los primeros conquistadores españoles a estas tierras.
Llaitul es identificado como el líder de la CAM y en los últimos dos años, ha permanecido más tiempo encerrado que en libertad.
Pero él se ve tranquilo. Ha permanecido, silencioso, observando de manera oblicua debajo de una amplia frente, todas las etapas de un proceso demasiado largo, demasiado tenso, con demasiadas anormalidades. Se trata del juicio en contra de 17 comuneros mapuche por una serie de hechos ocurridos en la zona que tergiversadamente los medios motejan como “conflicto mapuche”.
Aceptando una de las condiciones de los comuneros mapuche para deponer la huelga de hambre que sostuvieron por cerca de tres meses, el gobierno se comprometió a no insistir en la aplicación de la Ley Antiterrorista, un compromiso que los mismos comuneros, ya conocedores del valor de la palabra empeñada de los winkas preferían verlo en un documento escrito, pero que el mismo gobierno insistió fuera sólo de palabra.
Hoy, Héctor Llaitul y los comuneros se sienten engañados. El gobierno sólo ha cumplido con cambiarlos a una cárcel como la de Lebu, para estar más cerca de sus familias y, además, le ha dado una suerte de apoyo alimenticio bastante discreto.
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