El presidente Frei, declaró POR DECRETO supremo Nº 158 en Santiago, el 24 de junio de 1998 como “Día nacional de los pueblos indígenas”. En este documento “se reconoce, valor y se práctica el respeto a la diversidad”. Ahora yo me pregunto: ¿Es importante para el gobierno, para Chile, ese día? ya que ni siquiera es feriado. Y debería serlo, para que mi pueblo no tenga que celebrar cualquier otro día que no corresponde. A pesar que al señor Frei se le olvido esto ¡debería ser considerado por el gobierno actual, ¿o no?!!.
PU LAMNGEN, “We Tripantü” o “Wiñoy Tripantü” (la nueva salida del sol o el regreso de Antü), por siglos celebrado por mi pueblo, era una de las ceremonias más importantea, donde se comenzaba un nuevo ciclo, la renovación de todas las fuerzas, el inicio de un nuevo año. Se juntaban las comunidades, las familias, los vecinos, los amigos, las machis, los lonkos, etc. Había bailes (choique, marra, kawuallo purrun), música (kultrun, pifilca, trompe, trutruca, kulkul, cascawillas).
Había rogativas a diferentes horas (el día, la noche, la madrugada). Se saludaba a los diferentes cuatro puntos o Meli Witran. Se honraba a la Ñuke, a Futa Chau Ngenechen, a las cuatro fuerzas (agua, tierra, viento, fuego). Se conversaba con el Padre Sol, se le agradecía por todo lo que tuvimos, por lo que tenemos y lo que tendremos con su regreso y su protección, por su generosidad al fecundar a nuestra Madre, para que ella produzca el alimento para sus hijos, para todos sus hijos (nosotros, la naturaleza, los espíritus).
Los niños y los adultos se bañaban en aguas limpias y corrientes a las cuatro o cinco de la mañana, para recibir al Padre Sol limpios de cuerpo, de pensamiento y de alma. El agua se encargaba de llevar el pasado lejos, de transformarlo y renovarlo.
En toda la naturaleza había júbilo y entre los vecinos solidaridad, compartiendo los alimentos, regalos, conversaciones, bailes. Se llevaban las mejores comidas los mejores trajes, no para mostrar a los demás asistentes, sino para ser dignos para venerar a nuestros dioses, a nuestros antepasados, a nuestra fuerzas.
A la llegada de los españoles y su evangelización, o “domesticación”, esta fiesta (pagana para ellos) la quisieron eliminar, como tantas otras. Como no podían directamente intervenir (eso iba en contra con su cristianismo), la transformaron, en la misma fecha pero con otro nombre y otro motivo, claro, conveniente para ellos: San Juan, la llamaron.
Dentro de los siglos siguientes se siguió celebrando ahora con el nombre de San Juan (el nombre de We Tripantü se empezó a olvidar). Las celebraciones se reducían ya a nivel familiar, porque ese día ‘se exigía’ ir a la iglesia y el que se quedaba en su casa era sindicado, como ya sabemos, de ‘pagano’, ‘rebelde’, ‘adoradores del Diablo’.
Ni aún así, muchas familias se quedaban en sus casas celebrando, alrededor de un fogón, contando historias, compartiendo una comida, recordando el pasado (como lo hacíamos con mi abuelo).
Muchos hermanos le pusieron a sus hijos ‘Juan’ o ‘Juana’, y hasta hace poco esa era la fiesta más importante dentro de las comunidades, junto al Año Nuevo (occidental). Pero, habíamos olvidado el verdadero significado.
Hoy gracias a la sabiduría de muchos hermanos, de organizaciones mapuches, gracias a nuestros ancianos también y gracias a nuestros jóvenes que han querido recuperar la memoria y participar en las celebraciones, gracias también a todas esas personas no mapuches que siempre estuvieron apoyando a nuestros hermanos en comunidades y en diferentes asociaciones, para que lo que hoy sucede: se hace realidad, se ha recuperado la mayor parte de esta ceremonia de nuestro We Tripantü. Hoy esta gran fiesta se celebra en las comunidades, en los colegios, en las ciudades y cada año se suman más y más, como una ola que va tomando más fuerza.
Hemos vuelto a escuchar a nuestros ancianos, para que nos guíen en este proceso, así es, y poco a poco la reivindicación, cultural, emocional y espiritual, se logrará.
Estamos recordando, estamos de nuevo pronunciando los nombres sagrados, de nuestros dioses, de nuestros antepasados, de nuestros newenes, de nuestra Madre, de nuestro Padre.
Cada año, al celebrar We Tripantü, Futa Chau Ngenechen escucha a través del kultrun el latir del corazón de sus hijos vivos, felices, juntos, por una sola razón, que es la más grande y poderosa: es la de “Ser Mapuches”, hijos y herederos de estas tierras.
Un saludo desde el fondo de mi alma pu lamngen a todos y cada uno de ustedes que el viejo año se lleve todo el sufrimiento, la miseria, la desigualdad, la discriminación de nuestra mente, de nuestro cuerpo y de nuestra alma y este nuevo año nos traiga prosperidad, valor y fuerza para seguir luchando por nuestra igualdad, por nuestros derechos.
Recuerden siempre que nosotros SOMOS CHE. Somos Gente, y nuestra meta es ser un “RECHE”, un ser intachable, digno, valiente, al servicio de su pueblo. Como un Mauricio Huenupe, Augustina Huenupe,Jorge Suarez Marihuan,Julio Huentecura, Zenen Diaz Necul, Jose Gerardo Huenante, Juan Collihuin, Alex LemúnN,Matías Catrileo, Johnny Cariqueo, Juan Cruz Magna, Jaime Mendoza Collio, que murieron por nuestros derechos, por nuestra Mapu y por el futuro de nuestro pueblo.
Como lo siguen haciendo nuestros Weichafes Hector Llaitul, Jonathan Huillical, Ramón Llanquileo, José Huenuche y todos los Lamgenes que están presos esperando sentencia y junto a ellos, sus hijos, sus esposas y comunidades. A todos ellos también harto Newen,
Soportemos la arrogancia de los vencedores, por un tiempo, “Vencederores de Hoy, pero jamás hermanos, Jamás, del Mañana”. Por que si todo cae, estaremos nosotros de pie y con el Puño en alto defendiendo de pie, junto a nuestra Ñuke, sabiendo y respetando los ciclos, sus procesos y sus cambios.
Sobrevivmos miles de años, viendo la caida de grandes y poderosos imperios, por lo tanto sobreviviremos bajo la protección de Futa Chao Gnechen, otros miles de años más.
Seremos otra vez el Wallmapu, Hijos obedientes y respetuosos de su Mapu, estaremos atentos a cuando ella Clame. Entonces despertarán uno a uno sus hijos, sus Machis, sus Weichafes, sus Lonjos, sus Werkenes, Y seremos los de antaño
Porque somos una Nacion con Memoria, con Pasado, con Presente y por lo tanto, con Futuro.
Gracias también a los que sin ser hermanos de sangre, son hermanos de espíritu y de Lucha
Marichiweu!!!!
MACHI VALENTINA CONTRERAS CAULLAN
TRAIGUEN
Wetripantu 2011
Los niños y los adultos se bañaban en aguas limpias y corrientes a las cuatro o cinco de la mañana, para recibir al Padre Sol limpios de cuerpo, de pensamiento y de alma. El agua se encargaba de llevar el pasado lejos, de transformarlo y renovarlo.
En toda la naturaleza había júbilo y entre los vecinos solidaridad, compartiendo los alimentos, regalos, conversaciones, bailes. Se llevaban las mejores comidas los mejores trajes, no para mostrar a los demás asistentes, sino para ser dignos para venerar a nuestros dioses, a nuestros antepasados, a nuestra fuerzas.
A la llegada de los españoles y su evangelización, o “domesticación”, esta fiesta (pagana para ellos) la quisieron eliminar, como tantas otras. Como no podían directamente intervenir (eso iba en contra con su cristianismo), la transformaron, en la misma fecha pero con otro nombre y otro motivo, claro, conveniente para ellos: San Juan, la llamaron.
Dentro de los siglos siguientes se siguió celebrando ahora con el nombre de San Juan (el nombre de We Tripantü se empezó a olvidar). Las celebraciones se reducían ya a nivel familiar, porque ese día ‘se exigía’ ir a la iglesia y el que se quedaba en su casa era sindicado, como ya sabemos, de ‘pagano’, ‘rebelde’, ‘adoradores del Diablo’.
Ni aún así, muchas familias se quedaban en sus casas celebrando, alrededor de un fogón, contando historias, compartiendo una comida, recordando el pasado (como lo hacíamos con mi abuelo).
Muchos hermanos le pusieron a sus hijos ‘Juan’ o ‘Juana’, y hasta hace poco esa era la fiesta más importante dentro de las comunidades, junto al Año Nuevo (occidental). Pero, habíamos olvidado el verdadero significado.
Hoy gracias a la sabiduría de muchos hermanos, de organizaciones mapuches, gracias a nuestros ancianos también y gracias a nuestros jóvenes que han querido recuperar la memoria y participar en las celebraciones, gracias también a todas esas personas no mapuches que siempre estuvieron apoyando a nuestros hermanos en comunidades y en diferentes asociaciones, para que lo que hoy sucede: se hace realidad, se ha recuperado la mayor parte de esta ceremonia de nuestro We Tripantü. Hoy esta gran fiesta se celebra en las comunidades, en los colegios, en las ciudades y cada año se suman más y más, como una ola que va tomando más fuerza.
Hemos vuelto a escuchar a nuestros ancianos, para que nos guíen en este proceso, así es, y poco a poco la reivindicación, cultural, emocional y espiritual, se logrará.
Estamos recordando, estamos de nuevo pronunciando los nombres sagrados, de nuestros dioses, de nuestros antepasados, de nuestros newenes, de nuestra Madre, de nuestro Padre.
Cada año, al celebrar We Tripantü, Futa Chau Ngenechen escucha a través del kultrun el latir del corazón de sus hijos vivos, felices, juntos, por una sola razón, que es la más grande y poderosa: es la de “Ser Mapuches”, hijos y herederos de estas tierras.
Un saludo desde el fondo de mi alma pu lamngen a todos y cada uno de ustedes que el viejo año se lleve todo el sufrimiento, la miseria, la desigualdad, la discriminación de nuestra mente, de nuestro cuerpo y de nuestra alma y este nuevo año nos traiga prosperidad, valor y fuerza para seguir luchando por nuestra igualdad, por nuestros derechos.
Recuerden siempre que nosotros SOMOS CHE. Somos Gente, y nuestra meta es ser un “RECHE”, un ser intachable, digno, valiente, al servicio de su pueblo. Como un Mauricio Huenupe, Augustina Huenupe,Jorge Suarez Marihuan,Julio Huentecura, Zenen Diaz Necul, Jose Gerardo Huenante, Juan Collihuin, Alex LemúnN,Matías Catrileo, Johnny Cariqueo, Juan Cruz Magna, Jaime Mendoza Collio, que murieron por nuestros derechos, por nuestra Mapu y por el futuro de nuestro pueblo.
Como lo siguen haciendo nuestros Weichafes Hector Llaitul, Jonathan Huillical, Ramón Llanquileo, José Huenuche y todos los Lamgenes que están presos esperando sentencia y junto a ellos, sus hijos, sus esposas y comunidades. A todos ellos también harto Newen,
Soportemos la arrogancia de los vencedores, por un tiempo, “Vencederores de Hoy, pero jamás hermanos, Jamás, del Mañana”. Por que si todo cae, estaremos nosotros de pie y con el Puño en alto defendiendo de pie, junto a nuestra Ñuke, sabiendo y respetando los ciclos, sus procesos y sus cambios.
Sobrevivmos miles de años, viendo la caida de grandes y poderosos imperios, por lo tanto sobreviviremos bajo la protección de Futa Chao Gnechen, otros miles de años más.
Seremos otra vez el Wallmapu, Hijos obedientes y respetuosos de su Mapu, estaremos atentos a cuando ella Clame. Entonces despertarán uno a uno sus hijos, sus Machis, sus Weichafes, sus Lonjos, sus Werkenes, Y seremos los de antaño
Porque somos una Nacion con Memoria, con Pasado, con Presente y por lo tanto, con Futuro.
Gracias también a los que sin ser hermanos de sangre, son hermanos de espíritu y de Lucha
Marichiweu!!!!
MACHI VALENTINA CONTRERAS CAULLAN
TRAIGUEN
Wetripantu 2011
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