20 Junio, 2011 - Fuente : www.jjcc.cl, por Alexis Antinao
Mi nombre es Alexis Martin Antinao Valenzuela. Sí, mitad español y mitad mapuche, mi padre Martín Antinao campesino Mapuche, vino desde el sur a radicarse en Valparaíso, él me enseñó algunas palabras en mapudungun. Mi padre nos dejó 2 hectáreas en Truf Truf de Freire, por donde quizás pase un tendido de alta tensión. Mi padre fue dirigente sindical y vecinal. Mi padre bajo la lluvia y el sol iba descalzo a la escuela. También fue tractorista. Puedo decir que mi padre me enseño, entre otras cosas, a ser solidario y a luchar por mis ideales. Que siempre me levante porque el mundo está lleno de injusticias y para cambiarlas se necesitan muchas herramientas.
Mi hija se llama Amaranta Sayen Antinao De Negri, es una niña que espera con ansiedad el Wetripantu. A su corta edad, está orgullosa de ser mapuche. Su padre le enseña lo que a él le enseñaron, también algunas palabras nativas por que no sabe hablar mapudungun. Le conté que mi abuelo Andrés Antinao vio venir a su propio abuelo a refugiarse de las hordas del ejército Chileno durante la última batalla en el Ñielol; combatió allí.
Yo me siento Mapuche, estudié en una escuela y liceo con número en Playa Ancha. Sí, también algunos niños me decían indio. Recuerdo con satisfacción habernos tomado en más de una oportunidad el liceo por estar contra la dictadura. Conocí a Alejandro Pinochet y Gonzalo Muñoz, quienes murieron resistiendo con todo el pueblo a la dictadura. Yo también estuve allí, con todas las formas de lucha. Jamás vi un atisbo de racismo en la organización en la que participaba, sí algo de ignorancia en algunos, cuestión que se superaba fácilmente. También participé en mi junta de vecinos, en un centro juvenil de mi población, en una brigada muralista, ingresé también a la Universidad de Playa Ancha, y fui dirigente estudiantil de una universidad caracterizada por ser propositiva y combativa. Jamás obtuve la beca indígena. Dialogamos, discutimos, marchamos. Nos tomamos la Universidad, la Intendencia, porque queríamos lo mismo que están pidiendo los estudiantes actualmente. Conocí a Patricia Troncoso, cuando era dirigente universitaria de la UCV, quién nos dio el contacto para realizar trabajos voluntarios en la zona mapuche. Desde ese momento la FEUPLA, jamás se ha desligado de la lucha de los pueblos originarios en Lumaco, Pichiloncoyan cerca de Puren, Cerro Alto, Huape cerca de Cañete, Los Sauces, entre otras.
En ese camino también conocí a Oscar Aroca, presidente de la FEUPLA en esos años, al que tú Pedro tratas de “mafioso”. Pero fíjate que tengo la otra versión. La FEMAE quería integración a la Confech con plenos poderes. La Confech ha sido siempre la que agrupa a las federaciones de estudiantes de las “Ues” pertenecientes al Consejo de Rectores, por lo tanto es una agrupación de estudiantes que conglomera no solo a una etnia, sino a todos los jóvenes, a todos los trabajadores, a todos los artistas, etc., que estudian alguna carrera. Cada federación un voto, esta aclaración es la que les pareció mal a la FEMAE y los dimes y diretes nacieron de ellos pues acusaron extrañamente a los dirigentes comunistas solamente. ¿No te parece extraño?
Pedro, haces referencia a ciertos autores de la historia pero ellos sólo son interpretes, porque lo real es que la historia, aunque te parezca un cliché, la hacen los pueblos. En tu reflexión no has dicho nada de los otros dirigentes de la Confech que tenían la misma postura. Nuevamente extraño. Aun recuerdo esa política de tococo. ¿La conoces? Pienso que sí. El mercurio contra los comunistas, la concertación contra los comunistas, la derecha contra los comunistas, la ultra contra los comunistas. Justo cuando se avanza con creces para terminar con las políticas neoliberales. Qué extraño Pedro no haber escrito nada sobre lo publicitado por The Clinic respecto de Hidroaysén.
Bueno, mi padre como te recuerdo me dijo que una de las herramientas es la organización, y la más cercana a mis ideales es el Partido de la hoz y el martillo. Quizás en el futuro exista otra. No lo sé, pero es la herramienta que encontré para luchar no solo por mi pueblo mapuche, sino por mi pueblo Aymará, mi pueblo estudiante, mi pueblo trabajador, mi pueblo mujer, mi pueblo niño. Pedro, conozco muy bien mi Partido y a mis compañeros, y cuando creo que cometen errores soy el primero en decirlo, directamente y sin ventilar, y creo que este no es el caso porque tengo las dos versiones y antes de publicar esta carta, me cercioré consultando directamente a la fuente, sin ser periodista.
Pedro, cuando falleció mi padre, le pusimos un trarilonco en su frente y un ramo de canelo en sus manos, y sobre su tumba, no pusimos una cruz, tampoco la hoz y el martillo. Le dibujamos un cultrún.
Atentamente Alexis Antinao
Mapuche, perteneciente a la comunidad Isidro Antinao.
Peucayal
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