La empresa que controla el agua potable y las plantas de tratamiento de aguas servidas y que fuese iniciada en la Región de la Araucanía por el Grupo Solari los mismos dueños de Falabella, hoy queda en evidencia judicial lo que siempre se denunció ¡CONTAMINAN! Y el impacto se hace en el río Cautín, en tierras de Comunidades Mapuche, de pequeños agricultores.
En diciembre del 2009 el Consejo de Defensa del Estado concluyó que Aguas Araucanía si contamina el río cautín. La declaración se formuló una vez finalizado el estudio sobre la empresa sanitaria, tras continuos episodios en sus plantas de tratamiento de aguas servidas.
En aquella oportunidad el Consejo de Defensa del Estado, como titular de la acción medio ambiental, estudió los antecedentes relacionados con eventos visibles y perceptibles denunciados por vecinos y ambientalistas, concluyendo de manera categórica que la Planta de Tratamiento de Aguas Servidas de Temuco ha contaminado ambientalmente el río Cautín.
Tal como informara Radio Bio Bio hoy, este martes ante el juzgado de garantía, el Ministerio Público comunicó formalmente a tres ejecutivos de Aguas Araucanía, que están siendo investigados como responsables de contaminar el cauce del río Cautín, esto tras el vertimiento doloso y reiterado a las aguas con agentes químicos y coliformes fecales en cantidades superiores a lo permitido por la normativa ambiental entre los años 2006 al 2009, quedando en calidad de imputados.
El origen del Problema
Desde que el Grupo Solari se adjudicó la monopolización de las plantas de tratamientos de aguas servidas y potables en la Región la Araucanía comenzaron nuevos episodios de racismo ambiental, donde nuevamente diversas familias de comunidades Mapuche se ven afectadas como sendos blancos para las descargas y desechos urbanos, como es el caso de las plantas de aguas servidas en las comunas de Temuco, Saavedra y Villarrica, entre otras.
Desde mediados del 2004, los Solari, los mismos dueños de la multitienda Falabella, a través de la empresa Aguas Araucanía (consorcio aguas Nuevas), se hizo cargo, por los próximos 30 años, del suministro de agua potable y de la recolección y tratamiento de aguas servidas de la IX Región, sin embargo, el grupo, sin asumir su responsabilidad, vendió la empresa y ha venido traspasándose de mano en mano a diferentes capitales y hasta hoy, en absoluta impunidad frente a los hechos. .
Cabe mencionar que esta empresa reemplazó a Essar S.A, una de las empresas sanitarias que pertenecían al Estado y que fue concesionada al consorcio Aguas Nuevas, vinculada al grupo Solari, por poco más de 61 millones de dólares en la época.
La misma empresa ha sido denunciada en varias ocasiones por algunos particulares ante la superintendencia de servicios sanitarios por cobros indebidos o sobreconsumo de agua potable.
La Planta de tratamiento de Temuco se ubica en Botrolhue, en las inmediaciones de la localidad de Labranza, específicamente, en las proximidades de las comunidades Mapuche ubicadas en el lugar Trañi Trañi.
El proyecto original era una plata biológica, sin embargo, la imposición empresarial para un mayor lucro, terminó siendo una planta química o primaria. Según especialistas, las plantas primarias consisten en la separación de la materia suspendida por medios mecánicos. Sólo en condiciones de funcionamiento óptimo, se dice que podría llegar a tratar las aguas entre un 30 al 40% solamente. Se hacen comúnmente mediante una laguna artificial, donde converja el agua servida, a la que se le agrega cloro para la desinfección. Éste al reaccionar con la materia orgánica forma organoclorados, compuestos áltamente tóxicos y que perduran en el ambiente por miles de años. Más aún, produce grandes cantidades de lodos que son inutilizables.
Paralelo a este ecocidio, diversas iniciativas biológicas y orgánicas para el tratamiento de las aguas han surgido en diferentes lugares del planeta, una de ellas es la de biofiltros y que no han sido consideradas por la gran mayoría de las empresas “sanitarias” ni tampoco las autoridades a pesar de su efectividad y bajo costo, la que opera gracias a la acción de lombrices. El funcionamiento de esta técnica consiste en que la materia orgánica presente en el agua residual es degradada por una población de microorganismos y lombrices adheridas al medio, materia que es absorbida sobre la película biológica o capa de humus, en cuyas capas externas es degradada por los microorganismos aerobios y lombrices. La materia orgánica que logra pasar la primera capa del biofiltro (humus) es posteriormente degradada por los microorganismos anaerobios de la capa de aserrín. La última capa de piedras funciona como un filtro percolador de baja tasa.
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