La comunidad Santa Rosa Leleque apeló una presentación efectuada por el empresario italiano Benetton, en la que pretendía encarcelar al matrimonio Curiñanco-Nahuelquir por haber realizado mejoras, con ayuda del Estado, en su vivienda, ubicada en tierras que el magnate reclama como propias.
Con el objetivo de pasar el frío invierno patagónico en mejores condiciones, integrantes de Santa Rosa Leleque realizaron algunas reformas en una vivienda que alberga a miembros de la comunidad. La ampliación fue llevada adelante con aportes del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI). El hogar se encuentra en tierras que están en litigio desde hace años con la multinacional Benetton, específicamente con la Compañía Tierras del Sud Argentino, propiedad de la familia italiana. Por ese motivo, Benetton presentó un pedido de detención para el matrimonio Rosa Nahuelquir y Atilio Curiñanco, solicitud que fue apelada por los abogados de la Comunidad.
"No es una desobediencia que nosotros hicimos, es una obligación que nos corresponde a nosotros hacer esta mejora de vivienda porque es un reconocimiento del Estado. En esa pequeña vivienda que hemos construido de material, somos 22 integrantes, hay niños que también son parte de la comunidad y también necesitan tener un abrigo mejor", explicó Rosa en rueda de prensa tras la apelación en la Justicia.
En el mismo sentido, el abogado de la Comunidad Fernando Kosovsky explicó que aquí se está hablando de un derecho humano elemental, como es el derecho a una vivienda adecuada, y de una comunidad mapuche como Santa Rosa que padeció persecución y sometimiento de parte de los empresarios y del Estado: "En un predio de más de 500 hectáreas que haya una vivienda de 60 metros cuadrados en la cual ya está viviendo una familia y se mejoren las condiciones en temperaturas bajo cero como estamos viviendo, es de una crueldad bastante inusitada tener que estar contestando este tipo de planteos, que no son más que la continuidad histórica del exterminio de la compañía de tierras, hoy en manos de Benetton", afirmó Kosovsky.
Vale detenerse además en que en este caso el propio Estado, a través del INAI, les brindó ayuda para la reforma de la vivienda. Lo hizo al reconocerlos como comunidad preexistente al Estado, dando a entender por lo tanto que las tierras en conflicto les pertenecen en forma ancestral a la comunidad. Pero mientras el Estado dice reconocerlos, en marzo de este año la Justicia, a través del magistrado Omar Magallanes, le había otorgado a Benetton estas mismas tierras, dándole a la comunidad un plazo de diez días para abandonarlas. Decisión que no fue aceptada por los mapuches, ya que continúan en el lugar resistiendo.
El litigio entre Benetton y Santa Rosa Leleque no es nuevo, lleva más de 9 años. En agosto de 2002, Rosa y Atilio ingresaron a Santa Rosa escapándose de la desocupación y la falta de posibilidades. La tierra que encontraron estaba abandonada, de hecho hicieron una presentación en la Comisaría de Esquel antes mudarse. Allí intentaron empezar a rehacer su vida, pero a los pocos días recibieron la primera denuncia por usurpación de parte de la Compañía de Tierras Sud Argentino. En octubre de ese año fueron directamente desalojados y en 2004 debieron enfrentar un juicio oral por usurpación, en el que resultaron absueltos. Sin embargo, los jueces decidieron que las más de 500 hectáreas en disputa no le pertenecían a la comunidad.
Fue recién en febrero de 2007 que los integrantes del pueblo mapuche volvieron a Santa Rosa y recuperaron sus tierras. Ese 14 de febrero, decenas de habitantes de la zona llegaron al predio antes del amanecer para realizar una ceremonia tradicional mapuche en la que se le pide permiso a las fuerzas de la naturaleza para interactuar con ella. Primero durmieron en carpas hasta que de a poco pudieron construir las viviendas, que hoy lograron mejorar para vivir dignamente en las tierras que les pertenecen, y allí resisten hasta el día de hoy, más allá de las nuevas denuncias por usurpación realizadas por la multinacional.
En su sitio web, la Compañía de Tierras Sud Argentino S.A. explica que es una empresa dedicada desde 1889 a la producción agropecuaria en diferentes localidades del país. Fue adquirida por Edizione Real Estate (empresa perteneciente a la familia Benetton), en 1991, "inversión a la que posteriormente se sumaron otras adquisiciones de campos en la provincia de Santa Cruz, Buenos Aires y Río Negro, totalizando las 900.000 hectáreas con las que la empresa cuenta en la actualidad". El grupo Benetton, a través de esta Compañía, es el más grande terrateniente de la Argentina.
Mientras tanto, los proyectos de ley contra la extranjerización de tierras duermen una larga siesta en el Congreso Nacional.
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