Estimados amigos, al celebrar esta fecha de "un renovar de la naturaleza" les deseo que les vaya bien y que sea un año muy fructífero en todo, porque este es el verdadero Año Nuevo en el Hemisferio Sur: "El Año Nuevo Mapuche, Wiñoy Tripantu, We Tripantu".
Como siempre es un placer compartir algunas gratas y hermosas historias que han marcado parte de mi vida en el País Mapuche. Hace un par de años atrás, cuando venia saliendo de la universidad, realicé mi práctica en una institución relacionada con el desarrollo rural en la región. En ese espacio compartíamos con algunos Antropólogos, Sociólogos, Agrónomos y profesionales técnicos que realizaban un trabajo abnegado y con mucho cariño hacia las comunidades del sector de Chol Chol en la Araucanía.
Como era joven, aperreado y con muchos sueños por realizar, me enviaron a hacerme cargo de un comité de pequeños agricultores mapuches en el sector de Huamaqui, en la misma comuna de Chol Chol. Este sector se caracterizaba en aquellos años por no tener luz eléctrica, menos agua potable, las condiciones de vida eran pésimas pero el orgullo mapuche mantenía con vida todo aquel espacio territorial.
Era junio y llovía mucho, como siempre en la región. Fue entonces que entre a una Ruka (casa mapuche) muy ordenada, con el fogón al medio y carne colgada ahumando. Una kuche (viejita) preparaba una tortilla que estaba quedando espectacular, con sabor a ceniza propio de este verdadero manjar. Afuera de la casa, un grupo de la familia se preparaba para una fiesta que vendría dentro de los próximos días. Se sentía el chancho gritar cuando lo iban a faenar y en ese momento miré hacia una esquina donde un viejito estaba tomando mate.
El peñi se llamaba Agustín, hombre Mapuche de 100 años según su carnet de identidad, yo creo debe haber tenido al menos unos 5 años más. No sabía hablar castellano, pero me logré comunicar con él a través de su hijo quien sirvió de interprete. Después de un fructífero dialogo logré descubrir para cual fiesta se preparaban tanto como familia: Se trataba del We Tripantu, el año nuevo mapuche.
Esto lo recuerdo con mucha nostalgia; el ser mapuche tomaba por entonces fuerza en mi interior, pese a la discriminación que existe en todos los rincones de la sociedad chilena y sobre todo en la Araucania, donde los colonos intentaron en vano hacer desaparecer esta hermosa fiesta. Su relato comenzó así y lo comparto a través de Azkintuwe con todos ustedes:
"Los antiguos mapuches comprendieron los cambios que ocurrían en la naturaleza cada cierto periodo de tiempo. Entonces, se percataron de la existencia de un instante durante el cual el avance de la noche alcanza el máximo esplendor. Peñi a partir de ese momento se inicia el proceso “al revés”, es decir, las noches se acortan y los días se hacen más extensos. A este momento nuestros antepasados mapuches lo denominaron Wexipantu, Wiñoy xipantu o wiñotulantv eso es “el retorno del sol o el regreso del sol”. El solsticio de invierno, que en Europa comienza en diciembre.
Luego me dijo, “en esta noche vamos a mirar al cielo para ver la ultima luna del año viejo antes que se pierda del Wenu mapu (la tierra de arriba). Cuando llegue la madrugada vamos a ir al baño ritual en una vertiente que cae de aquel cerro, pues a esa hora el agua se pone tibia y nos reuníamos para celebrar la nueva salida del sol. Pronto vendrá el Puken (invierno) que es tiempo purificador de las lluvias”.
“El día anterior, agregó, las mujeres mapuches siempre preparan el alimento para agradecer a Chau Genechen (Dios), en el Rewe que también se va a renovar. La machi a dice su nueva plegaria agradeciendo a Genechen por la alegría de ese día, acompañada de los guillatufes (oficiales de ceremonia) y en ese momento el guillatun es muy apasionante porque se le pide a los espíritus del sur, del este y del norte, que envié el mensaje que se entregará a la comunidad, para que cada uno de nosotros se encuentre preparado a enfrentar su destino”.
"La ceremonia sigue, por ser un día especial es la ocasión para hacer el lakutun (los famosos tocayos), en donde los abuelos paternos colocan su propio nombre a sus nietos y le asignan una herencia para cuando sea mayor de edad. Además ellos (los ancianos) relatan historias de los antiguos y lanzas adivinanzas y realmente nos divertimos mucho", me relató el anciano. “Recuerdo que cuando era niño, mi madre me mandaba a tomar una varilla para dar de azotes a los árboles que el año anterior se portaron mal y no dieron frutos, esto era para que no se repitiera. Esta es una fiesta en donde se comparten los valores más nobles de nuestro pueblo: La familia, el compañerismo, el dar y recibir”.
Me explicó que la fecha en que se celebraba iba entre el 21 y 25 de Junio, justo cuando comienza el cambio al invierno. Luego la iglesia Católica a su llegada al territorio comenzó a celebrar la fiesta de San Juan el día 24 de junio y en muchos sectores el Wetripantu se fusionó con las actividades vinculadas al catolicismo. Luego de mucho trabajo de las comunidades en la década de los 90 comenzó a resucitar en el interior de cada lof (territorio), hasta llegar a ser hoy en día una de las fiestas más importante del Pueblo Mapuche.
Estimados amigos, al celebrar esta fecha de "un renovar de la naturaleza" les deseo que les vaya bien y que sea un año muy fructífero en todo, porque este es el verdadero Año Nuevo en el Hemisferio Sur: “El Año Nuevo Mapuche, Wiñoy Tripantu, We Tripantu”. Un abrazo a todos y Feliz We Tripantu; El Regreso del sol y la renovación de la naturaleza.
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