Mientras esperan hoy martes la lectura de sentencia contra sus familiares, Azkintuwe conversó en Cañete con Pamela Pessoa y Natividad Llanquileo. Pamela es trabajadora social y esposa de Héctor Llaitul Carillanca, líder de la CAM y "objetivo principal" de toda la pasada "puesta en escena judicial", según denuncian.
22 marzo, 2011 - Fuente : www.azkintuwe.org, por Pedro Cayuqueo - Temuko, País Mapuche
El pasado 22 de febrero, el Tribunal de Cañete absolvió de graves cargos de “terrorismo” a 13 comuneros mapuche de Arauco. Sin embargo, no perdió la oportunidad de dar caza a cuatro objetivos políticos de primer orden. Se trató de Héctor Llaitul, Ramón Llanquileo, José Huenuche y Jonathan Huillical, la “cúpula” de la Coordinadora Arauco-Malleco (CAM), el principal dolor de cabeza étnico de la Concertación y que el año pasado –dramática huelga de hambre de por medio- hizo su estreno ante la administración Piñera.
Los cuatro, nuevamente en huelga desde el pasado 15 de marzo en la cárcel de Lebu, fueron declarados culpables de atentar contra el fiscal adjunto Mario Elgueta y de robo contra el agricultor Santos Jorquera, un ex colaborador de la dictadura en la zona del LleuLleu. Nada de ello hubiera sido posible de no ser por el testimonio de “testigos sin rostro”, confesiones obtenidas bajo tortura policial y, sobretodo, la aplicación de la draconiana Ley Antiterrorista, denuncian a coro sus familiares.
Mientras esperan la lectura de sentencia contra ellos -donde arriesgan hasta 15 años de cárcel-, Azkintuwe conversó en Cañete con Natividad Llanquileo (26) y Pamela Pessoa (42). Natividad, estudiante de derecho en Santiago, es hermana de Ramón Llanquileo y a partir de la huelga del 2010 se transformó en voz y rostro de la CAM ante los medios. Pamela (41), trabajadora social, es esposa de Héctor Llaitul Carillanca, líder de la CAM y “objetivo principal” de toda la pasada “puesta en escena judicial”, como denuncia.
- A días de la lectura de sentencia, retoman la huelga. ¿Las razones?
Pamela Pessoa (PP): Ha sido una decisión que tomaron ellos en la cárcel y cuyas razones dieron a conocer en un comunicado. Ellos denuncian que el Tribunal de Cañete los condenó basado únicamente en declaraciones de un “testigo secreto” y testigos de oídas, con estándares de prueba que serían inaceptables en cualquier otro lugar mundo. De allí que piden la nulidad del juicio y un nuevo proceso imparcial y más justo, sin Ley Antiterrorista.
Natividad Llanquileo (NLL): Al mismo tiempo han solicitado su traslado a la Cárcel de Angol, puesto que Lebu ni Concepción reúnen condiciones básicas para la prisión política mapuche, a lo que también el gobierno se comprometió en la última Mesa de Diálogo.
- Trece comuneros absueltos de “terrorismo” pero sus familiares siguen en prisión. ¿Alcanza para celebrar?
NLL: Claro que hay razones para celebrar. En términos humanos, por el reencuentro con sus seres queridos y en términos políticos porque esto es un logro de los presos políticos y del Pueblo Mapuche, que llevaron adelante la huelga de hambre y obligaron al Estado Chileno a responder. Sin embargo, como familiares de los presos de la CAM sabíamos que iba a ser muy difícil que los dejaran ir. Ellos esperan la lectura de sentencia con la claridad de que esta persecución busca lograr su objetivo político que no es otro que dejarlos presos.
PP: Nuestros familiares eran el objetivo principal de la Fiscalía. El juicio buscaba castigar y encerrar a los militantes de la CAM.
- ¿Ello explica las condenas?
NLL: Es una pregunta que deberían contestar los presos, pero era obvio que fue así desde un principio. La política de la Concertación, en especial de Bachelet, fue hacer detenciones masivas para intimidar a las comunidades, es una vieja estrategia que esta en manuales de inteligencia. Ahora este Gobierno tenía que hacer el resto del trabajo, “apagar el incendio”, liberando a la mayoría y condenando solo a algunos. Encarcelar a los dirigentes para aislar al núcleo de los militantes de la CAM.
- Durante la huelga se acordó el retiro de las querellas del gobierno por Ley Antiterrorista, pero solo recalificó los delitos al final del juicio. ¿Qué opinión les merece lo acontecido?
NLL: El Gobierno efectivamente retiró las querellas cinco días después de terminada la huelga, pero lo que no hizo fue “recalificar”. Esto lo dejó inexplicablemente para los últimos días del juicio. Lo podría haber hecho durante los Alegatos de Apertura, pero eso habría significado, probablemente, un juicio más justo, distinto al que tuvieron nuestros familiares. En primer lugar, sin “testigos secretos”, lo que hubiese obligado a la absolución de todos y esa no era al parecer la idea. Tuvimos que viajar nosotros a Santiago y junto a Monseñor Ricardo Ezzati exigir que pidieran la recalificación en los Alegatos de Cierre. Solo por ello lo hicieron. Ahora, hay que entender que en este caso tenían que aplicar la Ley Antiterrorista hasta el final. Y también basar el veredicto en dicha Ley, esa fue la jugada de todos los representantes del Estado.
- ¿Les sorprende?
NLL: No nos sorprende, pues ellos trabajan para defender sus intereses, jamás van a hacer lo contrario, dejarían de ser lo que son. Me temo que no sucederá ni con muchas huelgas de hambre, ni siquiera con mapuches muertos.
“VACACIONES” EN JUICIO
- ¿Cómo vivieron vuestras familias el extenso juicio oral?
PP: En primer lugar, sobreviviendo en términos económicos, trabajando para mantener a la familia y a la vez viajar a Cañete, a Lebu y pagar honorarios a los abogados defensores. Varias tuvieron que transformarse en jefas de hogar durante estos dos años. En segundo lugar, acompañando a nuestros familiares en las audiencias, en la cárcel y sobre todo organizándonos para cumplir con diferentes tareas, desde cocinarles todos los días, porque el Estado no da rancho durante los juicios, hasta cuidar a nuestros hijos e hijas, todo en forma comunitaria. También la preparación de ceremonias, nguillatun, llellipun y trawun, coordinación de marchas, tareas de difusión, etc., proceso en el cual estuvimos acompañadas siempre de otras mujeres solidarias.
- En tres meses de juicio oral y en el día a día, qué situaciones les llamaron la atención.
NLL: Fueron varias, principalmente actitudes racistas que se veían en el Tribunal de parte del Ministerio Público. Les molestaba que se tocaran instrumentos mapuches en las afueras del Tribunal, por ejemplo. Estaba también prohibido ingresar la bandera mapuche y mantuvieron una actitud displicente cuando se presentaron intelectuales de nuestro pueblo a declarar, tales como Leonel Lienlaf, poeta, y Rosamel Millaman, antropólogo. Todo ello demostró para mí su falta de cultura e ignorancia respecto de lo que somos y en definitiva refleja lo que es el chileno común.
- Pero fiscales y jueces no son chilenos comunes.
NLL: Es lo más grave y preocupante. En este caso estamos hablando de personas que son autoridades y deberían tener mayor bagaje cultural. Pero no es solo respecto del tema mapuche que uno veía cosas. Había mucha informalidad en las audiencias, se caía incluso en la falta de respeto por parte de los fiscales. Abogados de trayectoria como el ex juez Juan Guzmán y Adolfo Montiel manifestaron su molestia varias veces por esta situación.
- ¿Cuál era la reacción de los habitantes de Cañete ante el juicio?
PP: Yo creo que la mayoría de los Cañetinos no tenia idea de lo que ocurría, ni siquiera los medios de comunicación locales. Este es un pueblo en el cual muchos se creen españoles, descendientes de blancos y europeos, y tratan por tanto de diferenciarse de los mapuches. Es una verdadera frontera. Había gente consciente que se acercaba a solidarizar, pero eran los menos. En general, en Chile no existe una opinión pública empoderada de los distintos temas, existe apatía y desinterés sobre temas como la situación mapuche, para la mayoría los únicos temas son la farándula y el fútbol. Ha Cañete llegaron más extranjeros que chilenos ha apoyarnos y eso habla por si solo.
- ¿Ni siquiera gente de la Concertación?
PP: Ningún parlamentario de oposición apareció por el Tribunal. Esto nos demostró que su interés por la huelga de hambre fue solo instrumental. De hecho, prefirieron viajar como delegación a la “frontera israelí-palestina” y no a la “frontera chilena-mapuche”.
- Más allá de las caricaturas “subversivas” de cierta prensa, ¿quiénes son los cuatro condenados?
NLL: En primer lugar los orígenes de cada uno están en diferentes reducciones mapuche; San Juan de la Costa, en el caso de Héctor LLaitul; Lumaco en el caso de José Huenuche; Choque, en el caso de mi hermano Ramón Llanquileo; y el sector de Icalma, en el caso de Jonathan Huillical, todos hijos de familias pobres y expoliadas. En el caso de los tres primeros, han participado en distintos procesos de lucha territorial durante la última década, ello en su calidad de dirigentes sociales. Esto les ha traído costos personales y no solo la cárcel; si bien todos han tenido hijos e hijas, hasta la fecha ninguno de ellos ha podido forjar un proyecto propio en lo referido a tierra, casa y familia, convencionalmente hablando.
- ¿Cómo vivieron sus hijos e hijas estos meses de juicio?
PP: Los hijas e hijas pasaron gran parte de sus “vacaciones” en la sala de Audiencias, acompañando a sus madres, visitando a sus padres, participando en las diferentes ceremonias, actividades y marchas. Entre ellos y ellas nació mucho cariño, jugaban y se apoyaban mutuamente, de hecho fue muy emocionante el día del veredicto cuando los hijos e hijas de quienes quedaron en libertad consolaban a quienes lloraban porque sus padres habían quedado presos, entonces, sus sentimientos también eran encontrados. Inocentemente nuestros hijos e hijas también esperaban la libertad de sus padres.
- ¿Eran conscientes de lo que sucedía en el Tribunal?
PP: Una piensa que ellos deben ser mucho más duros que otros niños y niñas, porque siempre han estado ahí, presentes, desde ser víctimas de los allanamientos policiales, pasando por la huelga de hambre del año pasado, la clandestinidad de sus padres en algunos casos, pero al final igual son niños y quieren estar en familia, jugar con sus padres, disfrutar momentos que son propios de su edad. En la cultura mapuche los hijos son muy apegados a sus padres, en ese sentido fue un golpe muy fuerte para ellos.
- Paula Vial, Defensora Nacional, declaró que vuestros familiares no habían tenido un “juicio justo”. ¿Qué les parece?
PP: Es la verdad, no existe otra, no se puede maquillar la verdad. No tuvieron un juicio justo, así fue, pero estamos en Chile. De hecho, Héctor estaba ahora cumpliendo condena por Ley de Seguridad Interior del Estado por hechos del año 2001, hechos por los cuales la Justicia Militar lo absolvió. Es decir, un doble juzgamiento con resoluciones contrapuestas, algo que solo ocurre en este país.
-¿Sienten que existe racismo o discriminación en los fiscales?
PP: Además de cumplir con los mandatos de los poderes fácticos del Estado chileno, ellos se toman muy a pecho su labor persecutora. Sorprende, porque pareciera que se lo toman como algo personal, no son profesionales, no son objetivos, son tremendamente emocionales y eso es muy peligroso.
-¿Qué le dirían al fiscal Mario Elgueta si lo tuvieran frente a frente?
NLL: Nada, no vale la pena, él no tiene ninguna importancia para el Pueblo Mapuche, es nadie… él solo se autonombró como “objetivo” de las comunidades del LleuLleu, puede que padezca de esquizofrenia o algún delirio grave de persecución, no lo sabemos.
- Finalmente, ¿recurrirán a tribunales internacionales?
NLL: Eso lo van a definir ellos, los presos, hay cuestiones particulares que no se pueden plantear aun para no advertir al Ministerio Público. Recurrir a los Tribunales Internacionales siempre es una alternativa, agotaremos todas las vías posibles para lograr su libertad.
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