Las principales empresas que en estos momentos intentan imponer megaproyectos de industrias extractivas y energéticas, han instalado una violenta y millonaria campaña de publicidad a través de los medios “comunicacionales” de corte comercial – empresarial o de lucro./ Hidroaysén (Endesa – Colbún), la Minera Barrick Gold y su proyecto Pascualama y lo que ha venido haciendo Arauco en el plano forestal y de celulosa son las principales.
¿Porqué necesitan tanta publicidad?.. Estas empresas y sus proyectos son algunas de las más cuestionadas por los impactos con que se les vincula.
Barrick Gold - Pascua Lama es cuestionada por los impactos que generaría a todo un territorio y formas de vida y subsistencia a sus poblaciones, los ecosistemas, y principalmente sobre el agua, a causa de la extracción y explotación de minas de oro.
La industria Forestal reflejada por Arauco – Celco, continúa avanzando en la masificación de especies de monocultivo de pino y eucaliptos, reemplazando tierras agrícolas, ganaderas, de bosque; Y a su vez, trae consigo la expansión de la industria de celulosa, una de las más contaminantes del planeta. La empresa ya ha generado varias consecuencias por causa de sus desechos tóxicos como el ecocidio causado en el río cruces de Valdivia y hoy, ese mismo ducto, pretenden llevarlo para descarga en la mar.
Endesa (transnacional española – italiana) y Colbún (Grupo Matte, dueña de CMPC), socias, con proyectos denominados Hidroaysén en la Patagonía, masificando la instalación de represas, intervención de ríos e impactos territoriales y sociales, cuyo principal propósito es el suministro de energía para la distribución de electricidad a las empresas de celulosa y mayoritariamente a las mineras que se están expandiendo fuertemente, y que ni siquiera es capaz de generar su propia energía alternativa, o sea, un círculo vicioso y un negociado entre grupúsculos.
Estas señaladas, son el reflejo de una violenta campaña publicitaria en diversos medios. Arauco lo ha venido haciendo con pausas de tiempo y ahora último, Barrick Gold y Endesa-Colbún, se han instalado con una fuerte campaña de publicidad para con sus proyectos. Son empresas altamente cuestionadas por los graves daños sociales, económicos, ambientales, culturales que generan.
Estos, son quienes siguen imponiendo un modelo violento, que no cree en la participación, en el diálogo, en los replanteos, en el sentido común, en los intereses y necesidades de las mayorías, cuyo actuar en un sistema democrático no tendrían cabida.
Hoy, no pueden estas empresas y transnacionales continuar y reproducir los mismos modus operandi violentos y avasalladores de tiempos de gobiernos fácticos o “transitorios”, donde no hay democracia o es muy débil. Una democracia demuestra avances reales y demuestra respeto pleno a los Derechos Humanos, donde se considera las decisiones soberanas de los pueblos, las poblaciones, las comunidades y en donde se asegura que los proyectos que se promueven al interior de la institucionalidad pública son en base al interés y bienestar colectivo de todos y de todas y que refleja madurez y efectividad en la implementación de elementos de un sistema democrático y no degenerativo o enfermizo como ha venido sucediendo, con sendos divisionismos y conflictos sociales a causa de la imposición y maquinación .
No importa el lucro insaciable ni el poderío con que se sienten algunos y que asumen un comportamiento patriarcal, colonial, violento y depredador. Importa, en primer lugar, que estas empresas y sus grupos controladores demuestren en todos los sentidos que, sus proyectos no causan impacto y que son beneficiosos para todo@s. Que lo demuestren científicamente, que lo demuestren cuantitativamente, que lo demuestren sociológicamente, que lo demuestren económicamente, que lo demuestren con estándares de Derechos Humanos, que lo demuestren y que su imposición no se haga a costa de la intervención del universos cognitivo de las poblaciones y ciudadanías, (que para estos no son más que consumidores) haciendo uso de una violenta cantidad de millónes y millónes de pesos para publicidad, utilizando masivos medios de información comercial - empresarial, e incluso a otros, que lucran para sobrevivir en un País donde no existe libertad de expresión, ni de comunicación, ni se respeta el derecho a réplica, elementos básicos que debe considerar un estado que se dice respetuoso de los derechos.
Estos grupos no pueden demostrar que los proyectos en base a la expansión de industrias extractivas y energéticas que pretenden instalar, generarán más bienestar que, la suma de diversas actividades sobre: Culturas, formas y desarrollo de vida, economías locales (agricultura, turismo, fruticultura, medicina natural, pesca artesanal), medio ambiente, y que recibirán severos impactos por su causa. Por el contrario, evidencian atentados a los beneficios colectivos, patrimoniales y de soberanía de los pueblos, elementos fundamentales para un desarrollo y crecimiento. eficiente. No lo han demostrado, no lo están haciendo y no lo van hacer nunca, porque no pueden y no es su razón de ser frente al voraz lucro que tienen.
En vez de replantearse, es preferible para ellos el intervencionismo de instituciones públicas y de partidos políticos, transversales, tanto para la concertación como para la alianza por Chile, bloques políticos que reproducen en general la política oficial del estado chileno, esa que prioriza en gran parte de sus sectores el mandato de grupos económicos de poderes fácticos. Es preferible para ellos la violencia publicitaria, derrochar millones frente a las enormes necesidades sociales que enfrenta el País, no de asistencialismo, sino de existencia y a la posibilidad de acceder a una información fidedigna.
Los Derechos Humanos individuales y colectivos, la participación amplia en la toma de decisiones, el bienestar social, el medio ambiente, la naturaleza, los territorios, no pueden esperar, no es posible seguir profundizando crisis en un amplio sentido, tan solo por el capricho de unos cuantos.
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